Si tus crisis son inmanejables, puede tornarse difícil participar en eventos sociales, visitar a amigos y disfrutar de actividades al aire libre. Puedes llegar a aislarte con facilidad porque temes sufrir una crisis en público, temes el rechazo de la gente si se entera de tu condición, es probable que no puedas conducir o ir a lugares por tu propia cuenta, y/o tus actividades pueden verse restringidas debido a asuntos de seguridad. También puede haber restricciones financieras debido al desempleo o al subempleo. Y si has estado aislado por mucho tiempo, puedes sentirte incómodo en ambientes sociales solo porque estás “fuera de ritmo”.
Obviamente, lograr un buen control de las crisis es de suma importancia para recuperar tu confianza social. Pero a algunas personas todavía las asusta socializar aun cuando es poco probable que sufran una crisis.
Siempre hay que recordar que solo tienes una vida y conviene vivirla lo mejor que se pueda, ya sea saliendo a conocer gente nueva, siguiendo una carrera, grande o pequeña; ampliando tu vida te hará sentir productivo. Participa en tu comunidad, ya que la mejor manera de sentirse bien con uno mismo es ayudando a los demás. Y sé consciente de que eliminar el estigma de la epilepsia también es tu responsabilidad. Explica la epilepsia a cualquiera que quiera oírlo así educando una persona por vez.