Epilepsia en Latinoamérica

El funcionamiento mental y emocional en la epilepsia

Como si no bastara con los problemas físicos, cerca de la mitad de todas las personas con epilepsia tienen problemas de depresión o ansiedad. Lamentablemente, las personas que sufren de epilepsia tienen entre cinco y diez veces más probabilidades de suicidarse que la población en general. Por suerte, en la actualidad, existen muchas opciones de tratamiento para la depresión y la ansiedad, y aproximadamente el 80 % de las personas que se someten al tratamiento mejoran. Sin embargo, antes de poder comenzar con el tratamiento, alguien debe darse cuenta de que la persona está sufriendo.

Los signos más comunes de la depresión son:

• Sentirse triste la mayor parte del tiempo.

• Perder mucho interés en las actividades que antes disfrutábamos.

• Aumentar o bajar de peso durante el transcurso de un mes (por otro motivo que no sea una dieta).

• Dormir demasiado o no lograr conciliar el sueño.

• Sentirse muy cansado.

• Sentirse lento o hiperactivo e inquieto.

• Sentirse culpable por motivos injustificados.

• Sentirse “menos” que la mayoría de las demás personas.

• Tener problemas para concentrarse.

• Sentir una disminución del deseo sexual.

• Tener pensamientos suicidas, (si esto lo manifiesta un ser querido, siempre debe tomarse en serio y hablarlo inmediatamente con el médico).

Los signos más comunes de la ansiedad son:

• Nerviosismo generalizado y sentimientos de intranquilidad durante la mayor parte del día. (En la epilepsia, esto puede relacionarse con que uno se pregunta cuándo se producirá una crisis).

• Falta de sueño.

• Falta de concentración.

• Ritmo cardíaco acelerado.

• Agitación.

• Sentirse ahogado y tener problemas para respirar.

• Preocuparse por cosas malas que sucederán en el futuro.

• Sudar cuando no hace calor o ruborizarse.

• Tener poco apetito o problemas digestivos.

Si reconoces que manifiestas alguno de estos signos de depresión o ansiedad (o, si eres un cuidador o familiar, que la persona que tiene epilepsia los manifiesta), háblalo con tu médico. Él puede derivarte a un especialista (un psiquiatra o un psicólogo) para que te evalúe, y posiblemente te indique un tratamiento. Es importante que recuerdes que los pensamientos suicidas se consideran una emergencia psiquiátrica y requieren ayuda profesional de inmediato.

Memoria, habilidades de razonamiento y epilepsia

La epilepsia puede afectar la memoria y el razonamiento, en ocasiones en forma considerable. Los problemas de memoria pueden ir desde tener dificultad para recordar dónde dejaste las llaves hasta para llevar un registro de las reuniones y citas. También puedes tener dificultades para encontrar las palabras (“Sé lo que quiero decir, pero no me sale la palabra correcta”), para comprender la lengua (“tengo problemas para comprender lo que he leído”), y para mantener la atención (“me distraigo cuando estoy viendo la televisión o conversando con un amigo”).

¿Por qué la epilepsia puede afectarla memoria y el razonamiento?
Tal vez te preguntes qué tiene que ver la memoria con la epilepsia. La relación entre la epilepsia y los problemas de memoria puede explicarse mediante el Efecto de cuádruple impacto:

• La actividad eléctrica en el cerebro durante o entre las crisis puede alterar el razonamiento y la memoria.

• La memoria puede verse alterada si el foco de la crisis se encuentra cerca de los “centros de la memoria”.

• Los medicamentos pueden tener efectos secundarios que alteran el pensamiento y la memoria.

• La depresión y la ansiedad, que acompañan frecuentemente a la epilepsia, pueden afectar el razonamiento y la memoria.

Desde luego, no se puede culpar a la epilepsia por todos los problemas de memoria; en ocasiones, la verdadera causa es una enfermedad como la demencia, o simplemente la edad. Si tienes problemas de memoria y te preguntas si se relacionan con la epilepsia, un neuropsicólogo (que es un psicólogo especializado en la evaluación de las funciones cerebrales) puede evaluar tú memoria y otras habilidades de razonamiento, como la atención y la lengua. Tus diferentes tipos de memoria (sí, hay varios) se medirán y compararán con los de otras personas pertenecientes a tu mismo grupo etario.

Las pruebas que se realizan no son dolorosas e incluyen responder preguntas, copiar dibujos y hacer coincidir figuras con bloques. Si bien la evaluación dura varias horas y puede dejarte exhausto, los resultados pueden ser valiosos y derivar en cambios importantes para el tratamiento.

Una vez que terminen las pruebas, tus resultados se compararán con los de la “norma”. Esa información se combinará con tus antecedentes médicos y otros registros para establecer el origen de cualquier problema.

Algunos de los ejemplos de cambios que pueden realizarse en tu tratamiento como consecuencia de los resultados de las pruebas son:

• Interrumpir los medicamentos que pueden afectar el razonamiento y sustituirlos por otros que no tengan ese efecto.

• Una derivación a un psicólogo/psiquiatra para tratar los problemas emocionales que pueden afectar los procesos de razonamiento y aprendizaje.

• Una carta dirigida a tu trabajo o escuela en la que se soliciten ciertos arreglos como un entrono tranquilo en el que puedas trabajar, tiempo adicional para realizar las pruebas, una persona que tome notas por ti, un maestro que repita las instrucciones varias veces, etcétera.

• Una derivación a un programa de tratamiento para la memoria.

Todas estas recomendaciones pueden ser muy útiles cuando se realizan en función de tu problema específico.

¿Puedo recuperar la memoria a través del tratamiento?
El tratamiento no puede devolverte la memoria, pero puede mejorar tu rendimiento mental. La mayoría de los programas de tratamiento para la memoria comienzan con una explicación sobre el modo en que funciona la memoria y cómo puede debilitarla la epilepsia. Luego, te ayudan a descubrir y comprender tus fortalezas y debilidades mentales para que puedas comenzar a utilizar más tus fortalezas. Aprenderás técnicas para compensar tus debilidades de memoria, y te brindarán oportunidades para ponerlas en práctica. Por último, aprenderás a mejorar tu atención, planificación, organización y habilidades de gestión del tiempo.

¿Los fármacos para el Alzheimer pueden ayudarme?
Muchos pacientes me preguntan si los medicamentos que se utilizan para tratar la pérdida de memoria en la enfermedad de Alzheimer, como la galantamina (Razadyne®) o el donepezilo (Aricept®), pueden combatir la pérdida de memoria que se observa con la epilepsia. Lamentablemente, se han realizado relativamente pocos estudios grupales sobre este tema, y los estudios de casos individuales no parecen tener mucho éxito. Por lo tanto, se necesita más investigación para poder responder esta pregunta en forma concluyente.

 

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