El término status epilepticus se refiere a cualquier crisis ininterrumpida que dure más de treinta minutos. Cuando una crisis dura tanto, es poco probable que se detenga espontáneamente y requerirá de atención médica inmediata. La familia, amigos, cuidadores y compañeros de trabajo tienen que saber que si ven que la persona sufre una crisis que dura más de dos o tres minutos, deben llamar inmediatamente a personal de emergencia (en USA: 911).
El estatus epilepticus surge, generalmente, al dejar de tomar abruptamente la medicación antiepiléptica, ante la abstinencia de alcohol, infecciones cerebrales como la meningitis o la encefalitis, accidentes cerebrovasculares o heridas traumáticas en el cerebro. Es un trastorno grave que, en EE. UU., cobra 50.000 vidas al año, y que puede tomar varias formas diferentes, entre ellas:
• Status epilepticus parcial motor – Estas crisis prolongadas involucran solo a una parte del cerebro. La persona está despierta y habla/interactúa con normalidad, pero experimenta sacudidas rítmicas persistentes en uno de los lados del cuerpo, por ejemplo la mano, el brazo o el rostro. Requiere de tratamiento de emergencia, pero no suele poner en riesgo la vida de la persona.
• Status epilepticus convulsivo generalizado – Estas crisis prolongadas involucran a todo el cerebro y producen actividad convulsiva en las cuatro extremidades. Este trastorno sí pone en riesgo la vida de la persona y requiere una evaluación y tratamientos médicos urgentes.
• Status epilepticus no-convulsivo – Esta crisis, que puede involucrar parte del cerebro o todo el órgano, es mucho menos grave que el status epilepticus convulsivo generalizado, y produce síntomas sutiles tales como parpadear, mirar fijo o estar confundido –o ninguna señal obvia–. Es menos peligroso que el tipo convulsivo generalizado, pero igualmente requiere que se lo identifique y trate pronto. Un registro de EEG continuo es la única manera de diagnosticar el status epilepticus no-convulsivo.
• Status epilepticus mioclónico – Esta es otra crisis que involucra a todo el cerebro, y produce sacudidas prolongadas que pueden afectar a las cuatro extremidades. Generalmente, es causado por una grave falta de oxígeno en el cerebro debido a una disfunción cardíaca, pero también puede presentarse en aquellos con epilepsia mioclónica.
El pronóstico depende de la causa y duración del status epilepticus. En general, si el trastorno se debe a la falta de oxígeno en el cerebro –como en un accidente cerebrovascular o una disfunción cardíaca–, el resultado será menos favorable debido a la posibilidad de daño cerebral irreversible. Obviamente, cuanto antes se lo diagnostique y se lo trate, mejor será el resultado.